jueves, 10 de noviembre de 2016

Actividad 3
Tras leer detalladamente el caso práctico 1 podemos considerar que este alumno esta sufriendo acoso. Ya que, en la situación que se describe existe  un desequilibrio de poder (varios niños liderados por un tercero), una frecuencia elevada (se han concatenado varios episodios de burlas y agresiones) y los agresores se ven apoyados indirectamente por los adultos (reciben refuerzo positivo que genera en ellos emociones positivas), mientras que el alumno agredido es culpabilizado de alguna manera de la situación (produciendo emociones negativas en él).
Otra serie de datos que no podemos olvidar es que el niño es nuevo en el colegio y bastante tímido, marcando un carácter diferenciador respecto al resto, esta comenzando a no querer ir al colegio y a somatizar.
Desde el centro son varios los documentos y planes de centro que tienen que dar respuesta a situaciones de este tipo, tanto con actuaciones de carácter preventivo, como sancionador , como en este caso.
Situaciones de este tipo podrían evitarse con actividades de acogida (Plan de Acogida), desde el Plan de Acción Tutorial con dinámicas que faciliten el conocimiento de los alumnos, que faciliten la ayuda a los alumnos que se incorporan a lo largo del curso, en las distintas Programaciones Didácticas utilizando metodologías activas (trabajo cooperativo, ABP), el RRI en la medida que tienen que estar recogidas medidas organizativas de uso y vigilancia de patios, pasillos, escaleras... y por supuesto, el Plan de Convivencia, ya que, tanto en este documento como marco y en el anterior, deben estar recogidas y tipificadas las medidas educativas sancionadoras para casos de acoso.
En muchas ocasiones, como ocurre en este caso, los adultos minimizan situaciones de este tipo convencidos de que se solucionaran solas, que son cosas de niños y que de forma "mágica" aprenderás a resolver conflictos. Evidentemente es un error. Desde el primer momento la tutora debería haber recogido las palabras de los padres del niño para inmediatamente hablar con ellos en un primer momento y seguidamente con todo el grupo. Para estos momentos son muy útiles las asambleas de clase, ya que dan opción a compartir los puntos de vista de todos y cada uno de ellos, reflexionar sobre lo ocurrido y buscar soluciones. Evidentemente no todos los niños juegan a lo mismo, pero deben respetar que así sea.
Como la situación no se resolvió de la mejor manera con la tutora, la familia se dirige al Jefe de Estudios, que lejos de intentar solucionarlo y mostrase asertivo con esta familia, no solo no pone en marcha ninguna medida, (desde hablar con los niños, observar que pasa en el patio, poner en marcha un protocolo de acoso), sino que además incrementa el problema, y el niño continúa siendo objeto de burlas y agresiones.
Como ya se recogía anteriormente los distintos planes y documentos del centro deben recoger medidas preventivas para no llegar a situaciones como esta. Ahora bien, una vez que se han producido los hechos y determinado que existe un caso de acoso, las medidas que podrían activarse serían:
- Notificar al director
- Reunir toda la información necesaria: de todos los implicados , tutora y profesores que pasan por ese grupo y que vigilan patios
- Determinar si es o no una situación de acoso
Y, concretar medidas disciplinarias con carácter educativo, que en función del RRI y la tipificación que reciban podrán ir desde ayudar a los profesores de infantil en la organización de juegos para los niños y niñas, hacer un trabajo sobre tolerancia y exponerlo en clase.
Evidentemente con estos alumnos se ha realizado poco trabajo de cohesión grupal, mostrando conductas poco solidarias y empáticas hacia los demás. Incluso el grupo de niños que sigue al líder en ningún momento se han planteado plantarle cara, para defender al niño nuevo.
Este tipo de situaciones evidencian la falta de trabajo a nivel emocional que se realiza con lo niños.

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